Pazo de Vilane, la marca de las gallinas en libertad

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El pazo de Vilane, ubicado en Antas de Ulla, fue desde el siglo XVIII un espacio central en la vida agraria de su entorno, si bien en las últimas décadas del siglo XX había perdido esa condición y llegó a quedar deshabitado durante unos 20 años. A mediados de los años 90, la familia propietaria, encabezada entonces por Juan Varela-Portas, decidió regresar de Madrid, donde vivía, y asentarse en el pazo con la idea de que volviera a ser un lugar productivo, no solo un espacio de ocio.

Fue así como arrancó el proyecto de producir huevos de gallinas en libertad bajo la marca Pazo de Vilane, un proyecto que fue pionero en España en la introducción de los huevos camperos.

El proyecto empresarial de Pazo de Vilane fue pionero en España, pues en 1997 aún no existían explotaciones de huevos camperos

La empresa presume del lema En Vilane no fabricamos huevos, cuidamos gallinas. Las aves se dividen en distintas naves y desde primera hora de la mañana tienen acceso a los terrenos circundantes, con un espacio garantizado de 4 metros cuadrados por animal, gestionando en total unas 37 hectáreas.

Creación de empleo en la zona

blankComenzaron en el año 1997 con 50 gallinas y hoy la empresa dispone de 100.000 animales y produce 2 millones de docenas de huevos al año. Sin embargo, la filosofía del proyecto se mantiene igual que en los comienzos. Trabajan en Pazo de Vilane más de 25 personas, en buena medida mujeres del entorno rural de la comarca de A Ulloa. Dinamizar la zona era uno de sus objetivos cuando iniciaron la andadura hace más de 20 años.

Pazo de Vilane, dirigida hoy por la segunda generación de la familia, que encabezan Nuria y Piedad Varela-Portas, está especializada en la producción de huevos de gallinas en libertad, pero en los últimos años se está adentrando también en más campos, siempre con la idea de mantener la misma identidad de marca gallega de calidad, de producto artesano y de cuidado del entorno.

Cultivan las frambuesas y los arándanos con los que elaboran después sus mermeladas

Con el objetivo de diversificar la producción, la empresa inició un proyecto de conservas que arrancó con mermeladas de frambuesa y de arándano, frutos que se cultivan en las fincas del pazo. Su mermelada de frambuesa presume de ser la de mayor contenido de fruta del mercado, con un 80%.