Pingas de Gaia, la miel de la Serra da Carba

blank

La miel y el queso casan bien y quizás por eso cuando Cristina Román e Iván Díaz decidieron unir sus vidas apostaron también por juntar estos dos productos: los quesos Don Gabino de la D.O.P. San Simón da Costa y la miel de las abejas que siempre hubo en casa de Iván en Goiriz.

En Augarrío, un lugar de la parroquia de San Simón que se encuentra ya muy cerca del límite con Muras, Abadín y Xermade, está la quesería Don Gabino, que pertenecía a los padres de Cristina. En este emplazamiento, a los pies de la Serra da Carba, es donde Iván tiene una parte de sus colmenas. También es el nombre que lleva la asociación de apicultores que preside y de la que forman parte unos 25 productores de miel de la zona.

Iván comenzó en la apicultura por tradición familiar. “Mi padre siempre tuvo trobos pero en la década de los 90, cuando llegó la varroa, se murieron y nos quedamos sin abejas. En el 2000 un amigo que tenía colmenas y al que iba a ayudar de vez en cuando me dio un enjambre. Empecé así y hoy tengo unas 150 colmenas”, cuenta.

“El futuro del rural está en diversificar las producciones. Hay actividades complementarias que sin mucho trabajo te permiten tener unos ingresos estacionales extra”

De este modo, Cristina e Iván mantienen la quesería y la producción apícola, que comercializan con la marca Pingas de Gaia, por la querencia de Iván por la naturaleza. “Optamos por diversificar porque yo creo que el futuro del rural está en diversificar las producciones. Hay cosas en el rural que no te llevan mucho tiempo pero que te dan unos ingresos complementarios estacionales. Por ejemplo, sacar la miel en el mes de septiembre no te quita de coger castañas en el mes de octubre. Y yo pienso que la gente que se quiere incorporar o lo hace así de este modo o tiene que heredar una explotación grande ya montada, porque las subvenciones para montar megaexplotaciones desde cero están tocando a su fin, hay que desengañarse en eso”, razona.

“Sacar la miel en septiembre no te quita de coger castañas en octubre. La gente que se quiere incorporar o lo hace así o lo va a tener difícil, porque las subvenciones para montar megaexplotaciones están tocando a su fin, hay que desengañarse en eso”

Dentro de lo que es la producción apícola Iván también trata de diversificar, sacando distintos productos, como polen, e incluso distintos tipos de miel en función de la flora predominante en el entorno del emplazamiento de la colmena, con una miel mil flores más clara en zonas de frutales o zarzas y otra “de montaña”, más oscura, con especies predominantes como el castaño, el roble o la érica.

Este año han obtenido poca miel (“no llegué a 1.000 kg cuando normalmente saco 2.000”, especifica Iván) y tienen prácticamente más demanda que producción. Por eso no están en sellos como el del Craega o el de la IGP Mel de Galicia. “Yo pienso que eso es más una cuestión comercial y nosotros con el volumen de miel que producimos a día de hoy eso lo tenemos resuelto”, asegura.

blank

Prácticas ecológicas

Además de en San Simón, tiene los colmenares repartidos en Vilapedre, Goiriz y en O Viveiró, ya en el vecino ayuntamiento de Muras. “No las tengo certificadas pero el manejo y las prácticas son ecológicas: trato con Timol, no alimento, etc. Lo hago por principios y en la asociación somos muy agroecologistas”, asegura.

“Hace 30 o 40 años éramos mucho más autosuficientes pero se perdió eso. Cambiaron los cultivos, la manera de producir y la manera de relacionarse con el rural. Ahora todo se soluciona con herbicidas”

Serra da Carba participa, por ejemplo, en el movimiento que pretende parar el uso del glifosato en las cunetas. “Hace 30 o 40 años éramos mucho más autosuficientes pero eso se ha perdido. Han cambiado los cultivos, la manera de producir y la manera de relacionarse con el rural. Ahora todo se soluciona con herbicidas”, lamenta Iván.

Trampeo contra la velutina

Entre las actividades que desarrolla la asociación Serra da Carba está también desde hace 4 años el trampeo contra la avispa velutina, en las dos últimas campañas con la ayuda del Ayuntamiento de Vilalba. Las 450 trampas colocadas en distintas parroquias del municipio el año pasado en pleno confinamiento por la pandemia sanitaria del coronavirus lograron capturar 7.000 reinas y minimizar las consecuencias sobre las colmenas. Gracias a esta lucha, en la que se están involucrando cada vez más vecinos, han logrado reducir la incidencia de la plaga y mantenerla a raya, después de que en el año 2018 hubiesen sido retirados ya un total de 400 nidos en todo el término municipal.

Iván preside la asociación Serra da Carba, formada por 25 productores de miel de la zona

El coronavirus obligó también a modificar el desarrollo de otras iniciativas llevadas a cabo por la asociación, como la cata de miel, que mudó de formato en esta segunda edición. “No pudimos hacer las jornadas apícolas pero mantuvimos la cata con la modalidad de cata a domicilio. Los catadores serán tres socios que tienen abejas pero que este año no recogieron miel. Ellos reciben en casa las muestras del resto de productores y las puntúan”, detalla Iván.

Entre los proyectos de la asociación está también poder contar con una feria de la miel propia y poner en marcha un apiario didáctico donde poder impartir cursos y probar de manera experimental nuevas técnicas. Sin embargo, la actual situación sanitaria ha obligado a retrasar estas iniciativas.